1120 - Bodegón (Zurbarán)
Un puñado de arcilla entre las manos
de Dios, y un soplo, y le nació la vida.
Y dijo Dios: “Es bueno”, y encendida
quedó el alma en el hombre sin hermanos.
Somos casi inmortales, tan humanos,
tan divinos también, que revestida
de arcilla nuestra mente, nunca olvida
inicios tan remotos, tan cercanos.
La criatura a creador progresa,
del barro a la cerámica, y se expresa
como su propio Creador: “Es bueno”.
Confiere formas, luces y colores,
y lágrimas en gotas de sudores...,
pero carece del temblor del trueno.
Los Angeles, 28 de julio de 2004