1124 - La Anunciación (Murillo)
Se oyen alas en súbito revuelo,
como al paso de Dios; tiembla la higuera
del patio, estéril ya; y en la palmera
se despiertan los vítores y el duelo.
El arcángel Gabriel, rodilla al suelo,
plantea su mensaje; hay una espera,
nebulosa tal vez, como si hubiera
cierto estupor; también espera el cielo.
María acepta humilde la propuesta,
y de repente el cielo es una fiesta,
de luces y ángeles, de fe y misterio.
Fabricándose están ya los martillos
que a amor y sangre quebrarán los grillos
opresores del hombre en cautiverio.
Los Angeles, 1 de agosto de 2004