1146 - Otra luz
Al prolongarse junto a mí tus horas,
nueva luz en el alma se me enciende,
que no es la tuya, que ni ve ni entiende
nuestro tiempo en sus prisas y demoras.
Rompen sus claridades cegadoras
sobre mí, mi visión no se defiende,
y tu frágil imagen se desprende
de mis pupilas; y abatida, lloras.
Lentamente esa luz se debilita,
forastera que vino de visita,
alcanzando espectral su propio ocaso.
Y el tiempo junto a ti se recupera,
hora tras hora en rápida carrera,
sin el marasmo gris del paso a paso.
Los Angeles, 14 de septiembre de 2004