1148 - Horas sin ti
Pesan tanto las horas que me niegas
que ya la espalda es curva hacia delante;
desplomándome estoy, maltrecho atlante
de piel de mármol y pupilas ciegas.
Esas horas sin ti, tan andariegas,
que van adonde voy, que en cada instante
me rodean en órbita asfixiante,
mientras te espero, mientras nunca llegas.
Se me enturbia la luz; enmudecidos
han dejado de hablarme los sonidos,
y en la garganta llevo un ave muerta.
Devuélveme esas horas, las robadas,
que hoy son plomo, y debieran ser doradas…
Tu tiempo, amor, que es la mejor oferta.
Los Angeles, 15 de septiembre de 2004