1149 - Noche
Toda la noche percibí el aullido
del lobo que insistente me acompaña;
toda la noche, de mi propia entraña,
un surtidor de fuego era nacido;
toda la noche, en soledad vencido,
enredaba la mente su maraña;
toda la noche era una noche extraña,
tanto de amor y tanto de libido.
Era la noche una paloma oscura
que no se deja ver, una cintura
a la que nunca llegan nuestros brazos.
Noche sin ti, con todos los deseos
que han superado ya los titubeos,
sobre la piel descarga de balazos.
Los Angeles, 21 de septiembre de 2004