1169 - Raíces
Llevo en los ojos todas las raíces
de su imagen. Fue el olmo cimbreante
que clava el horizonte azul distante,
y que al clavarse en ti, tal vez maldices.
Porque es, más que éxito, revés, te dices:
“Eventual, esta vez, sólo un instante;
se irá sin rastro, ráfaga humeante,
que ni hiere ni deja cicatrices.”
Y penetra el subsuelo de tu afecto,
y te ves sin salida; tu proyecto
de un momento se torna indefinido.
Y aunque tales el árbol, siempre quedan
esos tentáculos que se te enredan
en los miembros del alma, sin olvido.
Los Angeles, 8 de noviembre de 2004