1195 - Anoche
Viniste anoche abanderada en sueño
que no deja dormir; visión, quimera,
fraguadas cada día, que uno espera
ver alzarse del molde del diseño.
Llegaste a mí, que sólo he sido dueño
de espejismos, sellado en la ceguera
de quien contempla el mundo a su manera,
tan frío, tan lejano, tan pequeño.
Tan real te acercaste que fluía
de tu piel encendida hacia la mía
frenética espiral conspiradora.
Y me dejé abrazar con el descuido
que absorbe, y a la vez pierde el sentido…,
hasta que al fin te arrebató la aurora.
Los Angeles, 28 de diciembre de 2004