1201 - Bar
Se estremece la lámpara en la mesa
por la conjugación de dos alientos;
se han apagado los resentimientos,
y se enciende la luz de la promesa.
La atmósfera, cargada de humo, espesa,
arropa a bebedores soñolientos
que no tienen reloj; sus movimientos
única plática en el aire impresa.
Los dos amantes, al silencio uncidos,
son lírica explosión, dos alaridos
que sus ojos, y nadie más, perciben.
Tiembla la llama que ambos llevan dentro,
cuatro manos avanzan al encuentro,
y en mutuo cautiverio se reciben.
Los Angeles, 30 de diciembre de 2004