1225 - Laboreo
Instalaré mi rostro en la angostura
de tu barranco al pie de las colinas,
mientras la tarde cierra las cortinas
dando a la noche intimidad oscura.
Eres blanda quietud, fruta madura
erguida en cada seno, y me encaminas,
virtuosos de flauta y mandolinas,
manos y boca a rítmica aventura.
Me inclinaré al cultivo de tu suelo,
hendiendo en suavidad de terciopelo
la reja de mi arado sobre ti.
Desbordará la lluvia el surco abierto,
y revitalizando tu desierto,
me verteré sembrándote de mí.
Los Angeles, 28 de enero de 2005