1238 - Vértice de los años
Oh, la belleza al borde de cuarenta,
radicada en la carne y en la mente,
redimida del tono impertinente
que en la inmadura juventud alienta.
Oh, su febril sensualidad hambrienta,
sin prejuicios, voraz, irreverente,
complacida a la vez que complaciente,
que en llamarada o erupción revienta.
Vértice de los años, mediodía,
sazón entretejida en rebeldía,
masa de agua saltando la represa.
Muestra su desnudez sin fingimiento,
con mezcla de candor y atrevimiento,
y hace el amor aun cuando sólo besa.
Los Angeles, 18 de febrero de 2005