1256 - Webcam
Eras una ventana, te has cerrado.
Ni veo el campo ni la luz me besa.
Se me adelgaza el sueño. Cuánto pesa
esta noche, de ti desarraigado.
Impúdico, a latidos, el teclado
cantaba ayer, pero hoy ya no se expresa;
inmóvil, mudo, yacerá en la mesa,
emisario de amor, amordazado.
Volverás, entrará el sol a raudales,
y todos mis instintos animales
aclamarán tu rostro en la ventana.
Me arrobaré de nuevo en la lectura
de tus vívidos gestos... Apresura
tu regreso, mujer, que ya es mañana.
Los Angeles, 26 de marzo de 2005