1271 - Ducha
Hacia la ducha vas semidormida,
equilibrando desnudez y toalla,
te observa impúdico el espejo; calla
su tic-tac el reloj, su marcha olvida.
La sombra, que antes te admiró tendida,
ha invitado a la luz, que ahora avasalla
tus miembros pálidos, y al fin estalla
en abrazo de danza retorcida.
El agua te amará, tan blandamente,
como si una caricia transparente
descolgara su adorno hasta los pies.
Y tus manos, pensadas como mías,
transitarán secretas galerías…,
pero, ay, qué triste quedarás después.
Los Angeles, 26 de abril de 2005