1274 - El sueño de la mente
Mi pensamiento va perdiendo peso
con cada roce de la mano experta.
Las ideas y el tacto…No se acierta
a equilibrar tan singular proceso.
Las yemas de tus dedos, cada beso,
la rodilla en avance, y entreabierta
impúdica la blusa, con la oferta
de los senos redondos, me confieso
incapaz de conceptos y razones;
me persuade la voz de los pezones
con su callada y rígida elocuencia.
Tal bandada de alondras hoy conmigo,
con avidez picoteando el trigo,
que la mente se duerme en indolencia.
Los Angeles, 28 de abril de 2005