1284 - Tu edad, mi edad
Tierna alondra que tiemblas en la rama,
juventud que me ofrece su libido
cuando mi propia juventud ha huido,
aunque en mi lecho aún se desea y ama.
Dorada lluvia que gentil derrama
sus abundancias sobre mi sentido,
dedos que van urdiéndome el tejido
de un encuentro galante, sin programa.
Pasan los años, o se me acumulan,
pero ni logran mitigar ni anulan
cuanto el alma soñó, la piel ansía.
Sigue olvidando el ábaco; yo sigo
mirándote de frente, y me prodigo
sobre tu edad como si fuera mía.
Asturias, 19 de mayo de 2005