1285 - Mi palabra de ayer
Ayer te hablé con la palabra viva,
después de tanto hacerlo con la muerta;
fue como abrir de par en par la puerta
a una vasta y radiante perspectiva.
Antes de ayer jugué a la defensiva,
emoción incapaz de hacer oferta,
y ahora el alma, voraz, se me despierta
tomando una vez más la iniciativa.
En confusión de ti, con tales dudas,
que aun cuando complaciente me desnudas,
si arde la piel, la mente titubea.
Mi palabra de ayer, íntima, suave,
se rompe en tono vacilante y grave
tras el mudo disfraz que te rodea.
Asturias, 21 de mayo de 2005