1323 - Sangriento
Herida tengo el alma esta mañana,
color de sangre el alba entristecida,
y sangrienta mi alcoba de la herida,
de crespones rojizos se engalana.
Sangre que nadie ve, sangre que mana
en perenne hontanar, sangre dormida
en invisibles charcos, o absorbida
por sábanas, paredes y persiana.
Qué amanecer sangriento; ¿cómo pudo
tanta sangre brotar, mientras desnudo
aguardaba anhelante tu visita?
Se desangraba el tiempo hora tras hora,
y en los rojos matices de la aurora
pude ver mi sentencia en sangre escrita.
Los Angeles, 4 de agosto de 2005