1337 - Todo lo diera
Quisiera despertar una mañana
como despiertan pájaros y flores,
sintiendo suyos los alrededores
que presunción no altera ni profana.
Irrumpiendo en tropel por la ventana
la claridad, fragancias y rumores
del alba, el canto de los segadores,
la pompa con que el día se engalana.
Pero mi soledad todo lo diera
por ver entre mis sábanas la fiera
de mi sueño febril, domesticada.
Y después de explorado su paisaje,
verla otra vez, frenética y salvaje,
y de nuevo sensible y sosegada.
Los Angeles, 27 de agosto de 2005