134 - Necesidad física
Suspiro transformado en alarido,
fracturando la calma luminosa
que sobre tu alma de mujer reposa,
alma que aspira a más de lo que ha sido.
Ya no está el cuerpo inmóvil y dormido,
sino en ansia febril, tumultuosa,
de todos los derechos de la esposa,
y el incentivo del amor prohibido.
La sensibilidad y la ternura
dan paso al arrebato y la locura,
y es físico el querer que ahora reclaman.
Capitulan principios y cautela,
el instinto exhaltado se rebela,
y dos amantes de verdad se aman.
Los Angeles, 6 de diciembre de 1998