135 - La voz de tus mensajes
Reviste tu palabra de sonidos,
que no la quiero en desnudez tan fría;
cubren mis ojos su monotonía,
y la quiero vibrante en mis oídos.
Disfrazados, quizá semidormidos,
me llegan tus mensajes cada día;
revívelos en contundente orgía
de arrebatados gritos y estallidos.
No des lugar a indecisión ni duda,
que sólo a tí quiero tener desnuda,
no a tu palabra escrita sin tu voz.
Dame tu entonación, dame tu acento,
dame el cálido soplo de tu aliento,
aún por un tiempo que se irá veloz.
Los Angeles, 25 de diciembre de 1998