1387 - En quince años o veinte
Joven bohemio yo, pisé tu aldea,
forastero casual, sin pretensiones;
vi geranios en todos los balcones,
humo azulado en cada chimenea.
El trigal en la brisa era marea
sobre estelas que hicieran en terrones
quillas de arados, no de galeones;
la quietud era un don, no una tarea.
Y tú, chiquilla de las trenzas de oro,
con otras niñas salmodiando a coro
canciones de piratas agresores.
Miré tus ojos y me dije: Un día,
en quince años o veinte, serás mía…
Y a eso vengo hoy, en voluntad de amores.
Los Angeles, 20 de diciembre de 2005