1449 - Lluvia
Tiene la lluvia dedos afectivos,
gentil amante que nos roza el pelo,
palabra melancólica de abuelo,
incógnita de puntos suspensivos.
Nos acaricia el rostro en sucesivos
vagabundeos de gaviota en vuelo,
y es en el cuello manso terciopelo
reptando en busca de otros objetivos.
Miro a las nubes que me dan su tacto
con ese toque múltiple, inexacto,
de quien cien manos tembloroso extiende.
Todas me cubren débiles, sedosas,
como rocío, lágrimas de rosas,
que la mañana soñolienta enciende.
Los Angeles, 5 de abril de 2006