146 - El vuelo
Quiebra el cristal opaco del deseo
que en defensas tan frágiles te encierra;
rueda tu desnudez sobre mi tierra,
que así estoy yo, y así es como te veo.
Y tu voz crecerá de un balbuceo
en himno de agresión y gentil guerra
al sentir que tu cuerpo se me aferra
con el mismo vigor que te poseo.
Amor que languidece en cautiverio
batir debe las alas de adulterio,
y cobrar nueva vida al evadirse.
Alza tu vuelo sobre mí, paloma,
que si un mundo a tu lado se desploma,
un nuevo mundo habrá de descubrirse.
Los Angeles, 25 de enero de 1999