147 - “Laura”
A Nana, en la pérdida de su perrita
Qué silencio tan triste me ha mordido
desangrándome el alma de repente;
aún junto a mí, y haciéndoseme ausente
con el adiós del último ladrido.
No tiene el universo otro sonido
ni tan desolador ni tan doliente
como el que casi imperceptiblemente
vibró en mi mano a su postrer latido.
Oh mi pequeña y dulce compañera,
rebosante de amor, siempre a mi espera,
tan fiel, sin condiciones ni reproches.
Sin la inquieta sonrisa de tu cola,
dormirá mi alegría, estando sola
en el silencio oscuro de mis noches.
Los Angeles, 26 de enero de 1999