1505 - Desde tu puerta
No sé qué hacer con tanto escalofrío,
tanto temblor de manos, de rodillas,
como viene de ti hacia mis orillas,
flujo insistente de tu mar bravío.
En mis propios dominios me extravío,
ciego y sordo, rubor en las mejillas,
pues las mínimas cosas, tan sencillas,
ejercen sobre mí gran poderío.
En el perímetro que me bordea
todo es extraño, como si mi aldea,
salvo una puerta, se me hiciera extraña.
Y es de esa puerta, bajo tus balcones,
de donde vienen las tribulaciones
que sacuden el fondo de mi entraña.
Los Angeles, 13 de julio de 2006