1507 - Lágrimas
Tú que sabes llorar, aunque disfrazas
tan alongados, súbitos regueros,
con gestos elegantes, placenteros,
como intentando sonreir; que abrazas
ocultando tu rostro, y amordazas
los gemidos con ecos de boleros…
Qué extraña tu canción, qué forasteros
los tonos semialegres que entrelazas.
Tan elocuente puede ser el llanto,
tan revestido de emoción, de encanto,
que ocultas, al negarlo, su belleza.
Y la tuya también. Ojos acuosos
devienen dulcemente luminosos,
iris ornamental de la tristeza.
Los Angeles, 14 de julio de 2006