1542 - Cautivos
Más eres mía cuanto más ausente.
Si intentara explicarlo, no sabría;
como si la radiante luz del día
sólo en la oscuridad fuera evidente.
Si el río es río lo es por la corriente,
fluir, pasar, ausencia, lejanía;
el olmo en la ribera es compañía
del agua que huye inexorablemente.
¿No es el deseo más voraz que el tacto?
A más necesidad, mayor impacto
sobre la posesión que no se alcanza.
Ni del todo te tengo ni me tienes,
y sin embargo, somos dos rehenes
cautivos del amor y la esperanza.
Los Angeles, 20 de agosto de 2006