1577 - Retraso
Se llega siempre tarde. Ya el camino,
largo o desconocido, nos retrasa,
ya el descuido quizá al salir de casa,
o tal vez un encuentro repentino.
Y siempre alguien espera; alguien que vino
días antes, portando luz y brasa,
alguien que mira y, al no vernos, pasa,
porque de prisa viene y va el destino.
Y con frecuencia luego preguntamos
por qué no se alcanzó lo que buscamos,
teniéndolo en las puntas de los dedos.
Y en un momento de intención honrada
el alma nos dirá con voz callada:
Por nuestra estupidez…o nuestros miedos.
Los Angeles, 26 de octubre de 2006