1622 - Fuera
Fuera verdad cada palabra, fuera
la sangre que habla por el vino tinto,
fuera abedul, rosal, o terebinto
que en alma y mente su raíz tuviera.
Fuera rumor que nunca vocifera,
siempre en diafanidad, aunque distinto,
campiña fuera más que laberinto,
y más que invierno oscuro, primavera.
Fuera cada palabra tuya, mía,
mezcla de seriedad y picardía,
tanto de brasa, tanto de sosiego.
Y fuera nuestro diálogo tan claro
que en plena ingenuidad y sin reparo
se adivinaran la intención y el ruego.
Los Angeles, 20 de enero de 2007