1623 - Me adormezco
Me adormezco a la sombra de tus besos,
que ya es mi propia sombra, porque he sido
quien te los ha engendrado, y han crecido
como álamo de espíritu y de huesos.
Los leo cada día; llevo impresos
mil folios de tu boca, que he reunido
en libro de oro, nunca envejecido
a través de viajes y sucesos.
Me reclino en la espuma de la almohada
que de su roce ha sido elaborada,
y me invito a descanso sin sosiego.
Y vuelves a besarme, vasto y hondo,
y en suavidad, y en furia, y te respondo
como quien nada deja para luego.
Los Angeles, 25 de enero de 2007