1625 - Te hablo en silencio
Los muertos callan, pero su lenguaje
de quietud y silencio nos platica
con claridad tajante, y certifica
permanencia después de su viaje.
Quien proclama, adultera su mensaje,
pues la palabra mengua o modifica;
sólo el amante auténtico se explica
despojando al coloquio del ropaje.
No vuela más quien más revolotea,
ni más transmite quien campanillea
inútiles sonidos engolados.
Del tácito expresarse brotan rosas
cuya belleza exhibe muchas cosas
forasteras a labios desatados.
Los Angeles, 25 de enero de 2007