1656 - Pura fidelidad
Sólo tengo una larga sombra estrecha,
siguiéndome, aferrada a los talones,
silenciosa, servil, sin emociones,
indiferente a agravio o a sospecha.
No es compañía suspicaz que acecha
mis idas y venidas, las razones
encubiertas detrás de mis acciones;
si tal vez ignorada, no maltrecha.
Pura fidelidad, nunca exigida,
sino espontáneamente mantenida,
aunque, de espalda al sol, la pisoteo.
Ay, sombra, que ni ofendes ni ambicionas,
que sabes compartir y no abandonas,
qué poco de ese apego en otros veo.
Los Angeles, 15 de marzo de 2007