1658 - Habrá otro día
Visítame; la cárcel que me encierra,
dice el alma, es de barro torneado,
ánfora en que el artista ha dibujado
secuencias de prostíbulo o de guerra.
Se lucha por la piel o por la tierra,
el motivo a menudo equivocado,
y ambiguo por igual el resultado;
quien lidia o ama con frecuencia yerra.
Pero si he de fallar, sea en amores;
las víctimas sangrientas son horrores
de que nadie al final se recupera.
Ame, y si acaso pierdo, habrá otro día
que resucitará de la agonía,
como nace otra vez la primavera.
Los Angeles, 15 de marzo de 2007