1663 - Sólo te doy
No me caben tus alas en el pecho,
águila del deseo y la ternura;
tu aleteo me rasga, me fractura,
me deja limitado sobre el lecho.
Siempre de ti colmado, satisfecho,
y viendo siempre en mí a la criatura
que suspende la misma asignatura,
con tanto por hacer, tan poco hecho.
Amante soy repleto de intenciones,
que intenta resumir sus emociones
ofreciéndote rosas de papel.
Y un ramo vivo, lúcido, fragante,
quisiera darte como experto amante,
pero sólo te doy mi alma y mi piel.
Los Angeles, 23 de marzo de 2007