1664 - Nueva realidad
A los interminables balbuceos
de quien aprende a hablar, de quien lo intenta,
no ya a los tres, después de los cincuenta,
suceden los primeros galanteos.
Tanto tiempo perdido en merodeos
intrascendentes, o en la soñolienta
ruta tradicional, que reglamenta
ideas, y proyectos, y deseos…
Y todo, ¿para qué? Vuelan del nido
los pichones, se alarga un apellido,
se acantona una nueva soledad.
Voy a aprender el íntimo lenguaje
que nunca hablé, menguar el equipaje,
y adherirme a una joven realidad.
Los Angeles, 23 de marzo de 2007