170 - Anciana
Quien hoy te ve, mujer, envejecida
con estériles surcos en la cara
y el paso vacilante, no repara
en la mujer dentro de tí escondida.
Aún vive en tí la niña sorprendida,
de ágiles pies, ruidosa en la algazara,
y la joven esbelta que lograra
excitar tantos hombres en su vida.
Y en tí reside la entregada esposa,
la amante enardecida o ruborosa,
la madre que alimenta y acaricia.
Y quien te ve como una rosa ajada,
o una ruina al final de la jornada,
no te conoce o no te hace justicia.
Madrid, 3 de abril de 1999