169 - Ven de verdad
Hoy, al llamar el sol a mi ventana,
no abrí los ojos para no perderte;
pues aunque en mi soñar puedo tenerte,
te vas de mí al nacer de la mañana.
Ciégueme el rayo de la luz temprana
que sobre el rostro sus fulgores vierte,
e impida que de nuevo me despierte,
manteniendo tu imagen más cercana.
Si entre las brumas del dormir me llamas,
y al decirte mi amor, tu amor proclamas,
¿por qué te ausentas al amanecer?
Y ¿por qué entrar en mí como una idea?
Ven de verdad para que te posea,
y no vuelvas a desaparecer.
Madrid, 2 de abril de 1999