1703 - Te amaré
Para amarte es preciso conocerte,
y para conocerte debo amarte;
resignarme a aceptar sólo una parte
es, a la vez, tenerte y no tenerte.
Si el pensamiento sus ideas vierte
sobre un alma vacía; si al tocarte
la piel vibra y la mente no comparte,
dormida en paz, ¿qué hará cuando despierte?
Te amaré en lo concreto y en lo abstracto,
en el conocimiento y en el tacto,
con la imagen que ve y la acción que siente;
con ese ardor rayano en la locura
que pocos sienten en la edad madura,
y los ensueños del adolescente.
Sobre el Atlántico, 30 de mayo de 2007