1709 - Un, una, unos, unas
Un muslo acariciado levemente
por un tropel de dedos sin pudor;
un elevado seno, y un temblor
en torno al brote en rigidez latente.
Una espalda arqueándose, obediente
a llamadas de tacto y de sabor;
un gemido, un espasmo y un clamor,
y un colapso después semiinconsciente.
Unos ojos cerrados, y entreabiertos,
y unos ritos, pensados inexpertos,
que fueron al final corroborados.
Y unas pausas; después otras ofertas
que abren las mismas, o quizá otras puertas,
nuevas técnicas, mismos invitados.
Los Angeles, 12 de junio de 2007