1728 - Cazador de historietas
Asiduo siempre de la misma mesa
en el rincón adjunto a la ventana,
sólo café, y una expresión que hermana
propósito y cansancio. Se profesa
cazador de historietas, y no cesa
de escribir, en su ronda cotidiana,
los incidentes que su ingenio hilvana,
y como reportaje al fin expresa.
La camarera observa, sonriente.
Él mira al exterior; parece ausente,
pero el mundo reside en su cabeza.
Terminado el café, también la historia,
se levanta y se va. Ni oro ni gloria
van con él. Sólo una íntima tristeza.
Los Angeles, 23 de julio de 2007