1753 - Tiempo
Sigue su curso el tiempo, como un río,
mas ni naufrago en él ni me devora;
le contemplo al pasar, hora tras hora,
como observo la marcha del gentío.
Si antes iba en su flujo, ya hoy me guío
por la innata corriente forjadora
de mi propio destino, y la demora
de este momento actual, que es tuyo y mío.
Envejecer resulta irrelevante
si la mano ingeniosa de la amante
desactiva reloj y calendario.
Sabia mano que arropa y estremece,
sin mañana ni ayer, y aunque se crece
día a día, jamás toma inventario.
Los Angeles, 27 de septiembre de 2007