1782 - Despótica, la vida
Voy perdiéndote, amada, día a día,
sin mi partida, sin tu alejamiento,
como si tenue, fugitivo viento,
estremeciera nuestra compañía
con tibio soplo de melancolía;
como si extraño, agónico lamento,
pulsara en los oídos, o un fragmento
de tu entraña abdicara de la mía.
Ni tú ni yo somos culpables; fluye
despótica la vida, y nos destruye
inevitable, despiadadamente.
La llama viva que en nosotros arde
se extinguirá, y mañana será tarde…
Abrásate conmigo en el presente.
Los Angeles, 7 de diciembre de 2007