1794 - En meditación
Oh, Dios, un año más. ¿Qué nos espera?
Es tan duro el martillo de tu ira,
que, al caer sobre el pobre, más inspira
rencor que adoración. Quién comprendiera
tus motivos, Señor. El hombre es fiera
para el hombre, y es odio, y es mentira;
pero Tú eres amor…que se retira,
volviendo en el tsunami y en la hoguera.
Hostigas al humilde, al inocente…
Tu símbolo es la cruz, no es el tridente
ni el rayo de otros dioses ya proscritos.
Oh, Dios, los que en Ti creen, y te adoran,
empiezan a dudar, y te incorporan,
por no entenderte, al mundo de los mitos.
Los Angeles, 22 de diciembre de 2007