1795 - En audacia
Brindemos esta noche y cada día
por la sed que la vida nos ha dado,
sed de volver amar, aunque el pasado
infligiera más llanto que alegría;
sed de inconformidad, de rebeldía,
aunque el intento fuera derrotado;
sed de gritar, porque quedar callado
se deja a la cobarde mayoría;
de aprender, cuanto más y cuanto antes,
porque hay ya demasiados ignorantes;
de llamar por sus nombres a las cosas,
aunque al medroso vulgo escandalicen;
de vivir, sin que importe lo que dicen
gentes asustadizas y envidiosas.
Los Angeles, 22 de diciembre de 2007