1823 - Abatimiento
El invierno, metódico, apremiante,
va adentrándose en esta primavera
que transmutó mi vida de madera
en oro puro y sangre galopante.
Dejó el mundo de ser turbio y distante
al recalar tú en mí, feliz galera,
amor, fe y esperanza por bandera,
y flete de erotismo desbordante.
Se derramó sobre tu piel lasciva
mi savia voluptuosa y emotiva,
el vigor juvenil resucitado.
Mas ya se agrieta mi revestimiento,
me envuelve el frío, asciende el desaliento,
y a la cruz del dolor estoy clavado.
Los Angeles, 10 de febrero de 2008