1825 - Climas
Era cada alborada a la ventana
un prodigio de luz la primavera,
las amplias, verdes hojas de la higuera,
las mínimas del sauce, la lejana
línea de terebintos, la temprana
túnica del almendro, la chopera
acompañando al río en su ligera
fuga hacia el mar… Así cada mañana.
Era la vida un lienzo de colores,
un himno de fragancias y rumores,
una mansa llamada al optimismo.
Hoy los murmullos son salmodia hueca,
danza en el viento la hojarasca seca,
no hay primavera ya, nada es lo mismo.
Los Angeles, 13 de febrero de 2008