1840 - Cuerpo inmóvíl
No es invierno, pero hace tanto frío…
No laboré, y me encuentro tan cansado…
Qué solo estoy, con tantos a mi lado…
Qué silencio entre tanto griterío…
Se me ha deshecho el mundo; no era mío,
pero casi lo fue; llevo el costado
sangrando de una herida; fui invitado
a entrar, luego a salir, y ahora el vacío.
Conocer la llegada de la muerte
no lo hace menos arduo, se nos vierte
el alma por los pies hacia la tierra,
se diluye en la sombra, renunciando
a sostener el cuerpo… Y así es cuando
la puerta un día abierta se nos cierra.
Los Angeles, 11 de marzo de 2008