1911 - Pedestal Nº 6
Ensimismada, como si no hubiera
luz ni sombra, matices ni rumores,
silenciados los viejos trovadores
que fueron su clarín, nadie la espera.
Postrada languidece, desespera,
vive hacia dentro, bajo los horrores
de un corazón sin aves y sin flores,
en vacuidad, de hierro y rastrojera.
No sabe erguirse; el pedestal le ofrece
punto de apoyo, pero permanece
refugiada en su noche miserable.
Llevas, mujer, un himno adormecido
que intenta reventar, y no has sabido
liberar su energía formidable.
Los Angeles, 10 de julio de 2008