1916 - Parecía
Parecía inocente, mas no lo era;
era sensual, mas no lo parecía;
bajo silencio tímido escondía
voz de bronce, reclamo de pantera.
De ojos fugaces, como si temiera
manifestar su lúbrica osadía;
de actitud retraída, se diría
huérfana de caricia, tan austera.
Pero a mí me miró tan fijamente
como quien mata y nunca se arrepiente,
y herido me dejó de ambas lanzadas.
Luego me habló en el tono insinuante
de quien audaz se ofrece como amante,
y logró devorarme a dentelladas.
Los Angeles, 17 de julio de 2008