1949 - Potro salvaje
Enjaezada con derecho al gozo,
pero sin bridas, sin arzón, ni espuela,
satinado alazán que corre, vuela,
o cabriolea en ansias de retozo.
Destinada al solaz, al alborozo,
no equilibra el placer, lo desnivela,
no admite restricciones, se rebela,
aunque a veces sucumbe en el sollozo.
Potro salvaje, desnudez resuelta,
sólo en su propio atrevimiento envuelta,
quiere ser cabalgada en libertad.
Oh, ven, mujer, que la campiña invita
con su tálamo verde, y se marchita
la rosa del deseo en soledad.
Los Angeles, 29 de agosto de 2008