1950 - Inmensamente abierta
Ni empalizada, torreón o puerta
alces en torno a ti, que en la estructura
que habitas no haya traba ni angostura;
muéstrate al mundo inmensamente abierta.
Niégate a la abstención; la mano experta
avance en desnudez, sin armadura,
que se recoge más si se apresura
sin condiciones ni temor la oferta.
Voy a ti no con una, con dos manos,
en plenitud de tactos artesanos
para tallar delicias en tu piel.
Y espero que las tuyas me atropellen
y en mis impulsos hacia ti se estrellen,
uno a uno, en cadena o en tropel.
Los Angeles, 29 de agosto de 2008